Un apartamento con dos habitaciones, una de ellas con baño en suite y otra en la entrada de la vivienda. El espacio intermedio ocupado por un salón-comedor con cocina integrada. Entre salón y dormitorio principal un pasillo con un acceso a una atractiva zona de terraza jardín. En este caso el cliente, un matrimonio de edad avanzada y con una vida interior rica en lectura y necesitada de momentos de silencio y meditación, a la vez que activa e intensa en cuanto a compromisos sociales. Sus continuas reuniones, comidas y cenas en las que compartir con amigos requerían de un espacio de comedor más generoso que se consiguió al reutilizar el dormitorio de la entrada dándole un nuevo uso de cocina y un salón comedor muy vinculado a la cocina con una puerta corredera de vidrio que permitiese su independencia en los momentos de mayor actividad culinaria. La necesidad de ese espacio de silencio y trabajo se logró abriendo el pasillo a la terraza de forma que ese espacio de paso se diluyese como tal gracias a la apertura del muro de fachada. El nuevo espacio de estudio se sitúa en el centro de la vivienda y tiene una relación muy directa con el espacio ajardinado exterior. Con una cubierta movil de vidrio y un cerramiento lateral que se abre por completo al patio-jardín convirtiendo el estudio en un porche muy atractivo y a la vez recogido para favorecer la vida interior de sus usuarios.
